La vida sin amor no tiene sentido

martes, 11 de mayo de 2010

RES NOU uno




En febrero de 1984, en la exposición que realicé en la sala “Pablo Ruiz Picasso” del Ministerio de Cultura español, conocí a quien desde entonces fue el cómplice más determinante del devenir artístico de mi obra: Antonio Socias. Con él he realizado múltiples proyectos dentro del terreno del arte, en diferentes viajes por el mundo. Estados Unidos, Japón, Francia, Túnez, Tailandia, Marruecos, Portugal y múltiples recorridos por España.

RES NOU primavera 1987 fue nuestro primer trabajo en colaboración que realizamos en los Estado Unidos, apoyados por la beca de la Comisión Fulbright, en el tránsito de tres meses, recorriendo múltiples estados y profundizando más en la zona de California y Nuevo México. El resultado final más de 150 horas de grabación de video V8 y una cifra superior a los tres mil negativos en blanco y negro y color. El trabajo definitivo fue presentado en La Lonja de Palma de Mallorca en 1989, siendo itinerante posteriormente a Barcelona y Estados Unidos.

La sexta edición del video fue terminada en la primavera del 2010, después de varias verificaciones y rectificaciones de las anteriores ediciones, y esperamos no sea la última. Existe un libro recopilatorio de la obra, editado por la Consejería de Cultura Balear con textos de Dionisio Cañas (texto de más abajo) y Felipe Hernández.












LUIS Y TONI AL PRINCIPIO DE LAS IMAGENES.52

Dos pájaros a punto de partir: Luis y Toni. Un bar irlandés llamado McCarthy’s, en la calle 14 y la séptima avenida de Nueva York. Una noche de primavera en Manhattan. Tres amigos, los espejos enormes, desgastados, sucios, reflejando unos cuantos borrachos, algunos vagabundos, la espalda del camarero, el lado oculto de las botellas. “Hay que empezar”.
Al pasar al bar, Luis y Toni entran por primera vez en su propia imagen-espejo: imagen de Luis, imagen de Toni, luces de neón rojas, verdes y blancas, imagen de tres amigos. Foto fantasma que no queda: Luis y Toni reflejados en el gran espejo del bar McCarthy’s. “Hay que empezar”.
Una mesa lateral de madera grasienta y sucia, banquetas cubiertas de plástico rojo. “Hay que empezar”. Luis mira a Toni, las cámaras, alas en reposo sobre la mesa, vasos whisky y cerveza. “Hay que empezar”.
Luis ha puesto los pies sobre el invisible precipicio de las imágenes. Se ata las cámaras, vídeo, alas de plástico, acero, cristal, celofán, pilas. Toni mira a su alrededor, reconociendo el terreno, paisaje-bar. Sentado se prepara. Toni extiende las alas lentamente, mirada pausada, aire duro y terso, botellas, baldosas rojas, negras, ventilador grande, “out of order”, Luis se mueve rápidamente: hélices de un ventilador a tope. Toni está clamado por fuera, por dentro hélices que inician sus lentas rotaciones. “Hay que empezar”.
El ojo de Luis gira lentamente, tenso, sobre el ojo de su cuerpo. Reconociendo, reconociéndose en el espejo: oasis de imágenes. El ojo de Toni da vueltas buscando, buscándose en los ojos de los demás, de las cosas. Luis va y viene, Toni sentado, pasea la mirada. “Hay que empezar”. Más cerveza, más whisky. Dan vueltas, Luis y Toni andan de un lado para otro sobre el suelo cuadriculado, rojo, negro. Van y vienen los dos, ojos que se cruzan en el aire sucio y espeso del bar McCarthy’s. “Hay que empezar”. Dos pájaros, dos vuelos de velocidades diferentes, un bar, unos cuantos amigos. “Hay que empezar”.
Dar vueltas, ir, venir, alas de plástico, celofán, acero, cristal. “Hay que empezar”. Pequeña luz roja en las cámaras. “Hay que empezar”. Luz verde. Todo lo que nos rodea es precipicio, página blanca para la imagen. “Hay que empezar”, lanzarse. Aves planeando sobre unos cuantos borrachos, un negro durmiendo, un televisor, unos vagabundos en el bar McCarthy’s. la penumbra es propicia para robarles las imágenes a la vida. fijar fijándose, mirar mirándose. “Hay que empezar”. McCarthy’s, unos amigos, Nueva York, primera pieza de un rompecabezas llamado U.S.A CLICK

Dionisio Cañas



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